jueves, 9 de julio de 2009

DÉBORA

DÉBORA


Débora devora.

Débora, mujer de armas tomar, sin miedo, decidida valiente como la que más.

Débora devora la mediocridad de un pueblo que ha entregado la libertad que a punta de amarga aridez habían conquistado los abuelos en tiempos de Moisés.

Débora devora la mendacidad de unas gentes que ya no tienen conciencia, ni orgullo nacional, ni deseos de ser un pueblo libre.

Débora devora la pereza. Organiza una resistencia. La resistencia del no: no al miedo, no a la mentira, no a vivir como siervos menguados.

Débora devora el machismo.
El pueblo la llama “la madre de Israel”.

Débora devora el olvido y narra a sus compatriotas la historia de la liberación de Egipto, el paso por el Sinaí.

Débora devora el desorden. Organiza un ejército pequeño que se enfrenta a los cananeos.

Débora devora la oscuridad y prende el entusiasmo en el pueblo.

Se alistan diez mil hombres de Neftalí y Zabulón, y Débora los destaca en el monte Tabor.

Y allí, guiados por esta mujer, reconquistan su dignidad de personas libres.

¡Necesitamos muchas Déboras devoradoras en estos tiempos!

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