jueves, 9 de julio de 2009

MOISÉS

MOISÉS


- ¿Y esa canasta que flota en el río? Se pregunta la hija del faraón. La recoge, la abre y adentro encuentra un bebé que mueve graciosamente las piernitas y los bracitos.

Bastaron una o dos risitas para enamorar a la princesa. Esta fue la primera conquista de Moisés.

La segunda conquista ocurre muchos años después cuando siendo un muchacho descubre que sus raíces vienen del otro lado del río de donde fue rescatado.

La tercera conquista es más complicada. Debe dejar la corte e irse al desierto.

Luego, la cuarta conquista. ¡Casi nada! Obedecer a la voz de la zarza.

La quinta, sobreponerse y enfrentar al nuevo faraón.

La sexta, sembrar esperanzas en un pueblo entumido por la ideología dominante.

La séptima conquista, ser portavoz de malas noticias: las siete plagas.

La octava, guiar al pueblo y pasarlo por entre aguas como si lo bautizara.

La novena conquista es un camino de cuarenta años entre polvo, quejas, avances y retrocesos.

La décima es quizá la más ardua. Volver a abandonar todo y -sin poder entrar- mirar a lo lejos la tierra prometida por la que tanto ha luchado.

Moisés, el de los diez mandamientos.
Moisés, el de las diez conquistas.

¿Y nosotros?

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